Los trastornos de la memoria (perdida de memoria) son ya comunes en Chile, incluso en menores de 30 años. Un mal asociado al estrés y a una dieta inadecuada, donde se imponen la comida chatarra, la cafeína y el alcohol.
Un nombre, una reunión, una fecha, un dato o lo que hizo un par de días atrás. Olvidos que pueden derivar en dificultades para relacionarse con los demás y que parecen una reacción natural del cerebro a la gran cantidad de estímulos que recibe. Sin embargo, esto podría ser la primera señal de un deterioro severo de la memoria, uno de los trastornos cognitivos más comunes en el país.
La incidencia de los trastornos de la memoria en la población fluctúa entre el 20% y 30 %, muchos de cuyos casos corresponden a menores de 30 años, cuenta el neurólogo Jorge González, de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica. Dejando de lado factores genéticos, estos problemas son causados por la sobrecarga laboral propia de un mundo competitivo, el estrés, la falta de sueño, el sedentarismo, las dietas inadecuadas, las drogas, el alcohol, la ansiedad y la depresión. En los adultos mayores, las principales causas tienen que ver con el déficit vitamínico, la depresión (porque se tiende a marginarlos), los trastornos en la absorción de nutrientes y los malos hábitos alimenticios, derivados también de la mayor disponibilidad de alimentos envasados, no frescos.
La comida chatarra es cuestionada no porque produzca daño cerebral, sino porque no aporta los elementos que ayudan a que las neuronas alcancen un equilibrio que impida la aparición de algún trastorno cognitivo. Dichos elementos -ácidos grasos Omega-3, vitaminas del complejo B y los antioxidantes- se encuentran concretamente en pescados, mariscos, aceites de soya, oliva y linaza, cereales integrales, nueces, almendras, avellanas, zanahoria, espinaca, brócoli, pimiento y granos.
El caso del alcohol es más ambiguo. González dice que hay estudios que demuestran que el consumo diario en dosis pequeñas de alcohol, como medida máxima, podría ser beneficioso para la memoria, mientras que su ingesta excesiva es indesmentiblemente dañina.
Para sicoestimulantes leves (café) y fuertes (cocaína) no hay dosis buenas. Ingerir en conjunto más de tres vasos de café y bebida cola tiene un efecto estimulante, que puede generar estados de adicción y alteraciones del sueño. El neurólogo explica que se han presentado casos excepcionales de pacientes con convulsiones por este motivo. Más graves son los efectos de la cocaína y las anfetaminas, que pueden derivar en daños permanentes representados, por ejemplo, en la desconcentración, la apatía y la falta de motivación.
La memoria también es afectada por el mal sueño. Esto no tiene que ver con la idea errada de que al dormir el cerebro deja de funcionar, sino que es durante el descanso que éste almacena y ordena lo que la persona vivió en el día.
La idea de que la salud mental en el tema de la memoria depende de cada uno es fundamental para combatir estos trastornos, sobre todo en un país donde el fenómeno es cada vez más común y donde la especialización es reciente. De hecho, parte importante de la actividad del Programa de Memoria busca validar test a la realidad chilena. Según el doctor González, muchos jóvenes consultan porque tienen disponibilidad para tratarse. Pero otro grupo más demenciado, sin conciencia del problema, debe ser llevado a consulta por parientes. El caso de los adultos mayores es peor, porque está arraigada la idea de que perder la memoria con los años es algo normal, lo que desincentiva las consultas.
El tratamiento
Los problemas de memoria, al igual que los de droga, son inicialmente reversibles. Y demorar una consulta puede producir daños irrecuperables, como le ocurrió a una joven que a pesar de que comenzó a sufrir problemas para recordar, esperó tres años para consultar y el daño se fue acrecentando. Actualmente, los tratamientos la han mejorado, pero no llegará a su nivel normal de retención debido a los daños acumulativos.
Elisa Lotter, nutricionista estadounidense doctorada en homeopatía, distingue como causas más relevantes de la pérdida de memoria de mujeres de edad media el estilo de vida, desequilibrios hormonales y dietas que suprimen nutrientes como la vitamina B, los antioxidantes, la glucosa, los aminoácidos y las proteínas, que deterioran la acción de los neurotransmisores, sustancias que producen impulsos eléctricos en el cerebro.
Los pacientes con trastornos de la memoria son derivados al neurosicólogo, quien busca reordenarles la vida y optimizar su tiempo. Aparte de mejorar la alimentación y el sueño, también es necesario descansar fuera de la ciudad para aliviar el estrés de los sentidos.
Comida y ejercicios
Las neuronas son las unidades fundamentales en el funcionamiento del cerebro y para comunicarse entre sí, mediante los neurotransmisores, requieren un equilibrio al que ayudan ciertos alimentos. Ejercicios específicos sirven también para optimizar la memoria.
Anexo
Qué comer
* Pescado, mínimo tres veces por semana.
* Mariscos.
* Zanahoria, camote, coles, espinaca, brócoli y pimiento.
* Aceites de linaza, soya y oliva.
* Frutas, tres veces al día.
* Cereales integrales, levadura de cerveza y germen de trigo.
* Nueces, almendras y avellanas.
* Semillas, granos y castañas de Cajú.
* Alcohol, máximo una dosis al día.
Cómo optimizar la memoria
* Entender la nueva información y luego asociarla con la antigua.
* Captar con todos los sentidos, porque así se facilita el recuerdo.
* Interactuar con la información, es decir, preguntar, hacer esquemas, resúmenes, etcétera.
* Buscar el lado atractivo de la información, pues la motivación, el compromiso emocional, mejora la capacidad de aprender.
F.Bianchi